jueves, 13 de junio de 2013

aprendizaje de la economia

La Economía de al-Andalus
La vida económica de la España musulmana se caracterizó por la existencia de un importante comercio y una pujante industria artesana, cuyo desarrollo estaba ligado a la existencia de numerosas y populosas ciudades, con un alto nivel de consumo. Desde la ciudad se dirigía la actividad económica y ella era su principal destinatario.
Sin embargo, hasta mediados del siglo IX siguió predominando en al-Andalus una economía agrícola. Los grandes latifundios siguieron dedicados al cultivo del cereal de secano al que incorporaron la vid y el olivo.
Se mantuvo la ganadería lanar, a la que dieron un nuevo impulso, aunque el regadío no fue una invención árabe, parece que los musulmanes lo desarrollaron de forma considerable e introdujeron nuevas técnicas procedentes de Oriente.
Pero las innovaciones en el campo agrícola, como la introducción del naranjo, el arroz, la caña de azúcar, el algodón y algunas especies de frutas, se produjeron cuando la mayor parte de la producción iba encaminada al abastecimiento de los núcleos urbanos.
Ésta fue la economía propia del califato Junto a la agricultura se desarrolló una artesanía urbana que cubría las necesidades de la población. Destacó la artesanía textil. Se creó también un mercado de artículos de lujo, cuya actividad estaba centrada en Córdoba (cordobanes, muebles de madera, marfil y nácar, orfebrería, pergaminos). Muchos procedían de los talleres del Estado e iban destinados al comercio exterior de lujo, hacia Europa y Oriente.
El mercado interior aprovechaba las antiguas calzadas romanas. El comercio exterior se realizaba por la ruta mediterránea. Al-Andalus se convirtió así en una zona de contacto entre la ruta  comercial  del norte de África, Europa y Oriente.
De sus puertos salían pieles, sedas, aceite y estaño... y a ellos llegaba el oro de Sudán, especias de Oriente y esclavos de Europa”.

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